Revista Cuatrimestral “Conecta Libertad Recibido (Received): 2022/10/30
Vol. 6, Núm. 3, pp. 88-98 Aceptado (Acepted): 2022/12/12
ISSN 2661-6904
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hours a day significantly influences the probability of suffering from deafness, from mild to
severe hearing loss, even when the exposure group has used personal protective equipment.
Keywords: Noise exposure, noise-induced hearing loss, construction workers.
Introducción
Uno de los factores físicos de riesgo más estudiados en las ciencias de la seguridad y salud
ocupacional es el ruido, debido a la gravedad de sus repercusiones en la salud mental y física
de los trabajadores. Definido como sonido desagradable se constituye en un elemento estresor
que contribuye a acervar la tensión emocional y el nerviosismo, como parte de un proceso
desgastante de estrés laboral. No obstante, el principal padecimiento reportado en la
población trabajadora, por la exposición de este contaminante, es la sordera (Díaz, 2002).
De hecho, una de cada nueve enfermedades que son notificadas a riesgos de trabajo
corresponden a hipoacusias de origen laboral, y más del 72% de estas enfermedades
acontecen en trabajadores de la construcción. Aun cuando las leyes ecuatorianas exigen la
gestión técnica para identificar, estimar, medir y evaluar el ruido (con miras a establecer
medidas de prevención/protección en la fuente, medio y trabajador), en la práctica no existe
un cumplimiento total y los esfuerzos gubernamentales para hacer cumplir la norma son
escasos e ineficientes. Como consecuencia, la exposición prolongada de este agente físico
desgasta las estructuras del oído medio (Díaz, 2007).
Los tres huesecillos del oído medio: yunque, martillo y estribillo, pueden padecer de
descalcificación por la presión sonora y el tiempo de exposición. Desde este punto, el sonido
se conduce mediante la estimulación de estos tres huesos, sobre el tímpano que es un medio
de transmisión de estas señales sonoras hacia unos conductos cocleares que están revestidos
de células pilosas conocidas como esteriocilios. Estas células son las encargadas de captar
las ondas sonoras y llevar la información al nervio auditivo para la interpretación y
reconocimiento del sonido en la corteza cerebral. Los estímulos superiores a los 85
decibeles(dB), con base a la información científica empírica (y los niveles máximos
establecidos en el Decreto Ejecutivo 2393), ocasionan distorsión y ruptura de la membrana
tectorial, creando modificaciones vasculares de los procesos químicos y metabólicos de estas
células (Hernández, 2004).
Como consecuencia final, los esteriocilios se vuelven rígidos e incapaces de reconocer un
amplio rango de decibeles. Por ejemplo, en la audición normal se pueden captar desde
sonidos suaves que van por encima de los 20 dB. Si la persona se ve afectada por la
exposición puede generar hipoacusia leve, en la cual su rango de discriminación será entre
los 25 y 39 dBHL (Decibel Hearing Level). En este mismo orden de daño, la hipoacusia
moderada se caracteriza por poseer una capacidad de registro de entre los 40 y 69 dB. Y, por
último, en la hipoacusia severa y profunda el nivel de captación está entre los 70 y 89 dB, y
en más de los 90 decibeles, respectivamente (Aguilar, 2017).
En virtud de lo anteriormente citado, el campo de la construcción o albañilería se
caracterizada por el uso de martillos, perforaciones (a veces neumáticas), trabajos de obras,
uso de máquinas pesadas como bulldozers, palas mecánicas o excavadoras, que generan
mucho impacto sonoro. No obstante, se ha demostrado que el daño al sentido acústico puede
devenir de actividades que aparentemente tienen un nivel sonoro controlado, por lo que el
tiempo de exposición juega un papel crucial en la probabilidad de las enfermedades (Prieto,
2013).