Revista Cuatrimestral “Conecta Libertad” Recibido (Received): 2020/02/28
Vol. 4, Núm. 2 pp. 1-14 Aceptado (Acepted): 2020/07/12
ISSN 2661-6904
1
Adherencia a la dieta mediterránea en adolescentes de la ciudad
de Quito
Adherence to the Mediterranean diet in adolescents in the city of Quito
Edison Arias-Moreno
1
, Rubén Gómez-Cárdenas
2
, Ángel Freddy Rodríguez-Torres
3
, Paola
Herrera-Camacho
4
, Edison Conlago-Chancosi
5
1
Máster en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Docente Instituto Superior Tecnológico Libertad.
Quito-Ecuador. https://orcid.org/0000-0001-6599-9693 erarias@itslibertad.edu.ec
2
Tecnólogo Entrenamiento Deportivo Instituto Libertad. Quito-Ecuador. https://orcid.org/0000-0001-5007-
0857 ruben.gomezcar@gmail.com
3
PhD. en Docencia y Gestión Universitaria, Director de Posgrado de la Facultad de Cultura Física.
Universidad Central del Ecuador. Quito-Ecuador. https://orcid.org/0000-0001-5007-0857
afrodriguez@uce.edu.ec
4
Magister en Entrenamiento Deportivo, Docente Instituto Superior Tecnológico Libertad. Quito-Ecuador.
https://orcid.org/0000-0002-1471-6726 paola.herrera@itslibertad.edu.ec
5
Magister en Entrenamiento Deportivo, Entrenador Concentración Deportiva de Pichincha. Quito-Ecuador.
https://orcid.org/0000-0002-8529-1673 edison20_1987@hotmail.com
Resumen
La modernización de la sociedad ha supuesto una serie de cambios culturales y sociológicos
que afectan los hábitos y preferencias alimentarias. En la actualidad, se dedica menos tiempo
a la elaboración de alimentos y, a cambio, se prefieren alimentos procesados con el
consecuente incremento de grasas saturadas y colesterol en la dieta. Objetivo: Determinar la
adherencia a la dieta mediterránea y los factores que condicionan su calidad nutricional en
función del género y edad de un grupo de estudiantes de educación general básica superior
de la ciudad de Quito. Materiales y Métodos: La muestra objeto de estudio estuvo compuesta
por 569 escolares (268 hombres y 301 mujeres), con edades comprendidas entre los 11 y 20
años, pertenecientes a 15 instituciones educativas públicas ubicadas en la ciudad de Quito.
Se distribuyó un cuestionario de 16 preguntas (test KIDMED) a cada uno de los participantes.
La puntuación final del test (de 0 a 12 puntos), indica si la adherencia a la dieta mediterránea
es: baja (de 0 a 3), media (de 4 a 7) o alta (de 8 a 12). Se realizaron análisis Chi-cuadrado en
tablas de contingencia y pruebas Anova para ver si existían diferencias significativas en las
variables abordadas. Resultados: Muestran que el 8,1% de los sujetos tuvieron un índice alto,
el 70,8% un índice medio y el 21,1% un índice bajo. Conclusiones: Se evidencia la necesidad
de plantear estrategias para promover hábitos alimenticios saludables, tanto a corto como
mediano plazo.
Palabras clave: Dieta mediterránea, sedentarismo, adolescentes, nutrición, salud.
Abstract
The modernization of society has led to a series of cultural and sociological changes that
affect food habits and preferences. Currently, less time is spent on food preparation and, in
return, processed foods are preferred with the consequent increase in saturated fat and
cholesterol in the diet. Objective: to determine the adherence to the Mediterranean diet and
the factors that determine its nutritional quality according to gender and age of a group of
students of general basic higher education in the city of Quito. Materials and Methods: The
sample under study consisted of 569 schoolchildren (268 men and 301 women), aged
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between 11 and 20 years, belonging to 15 public educational institutions located in the city
of Quito. A 16-question questionnaire (KIDMED test) was distributed to each of the
participants. The final score of the test (from 0 to 12 points) indicates whether adherence to
the Mediterranean diet is: low (from 0 to 3), medium (from 4 to 7) or high (from 8 to 12).
Chi-square analyzes were performed in contingency tables and Anova tests to see if there
were significant differences in the variables addressed. Results: Show that 8.1% of the
subjects had a high index, 70.8% a medium index and 21.1% a low index. Conclusions: There
is evidence of the need to propose strategies to promote healthy eating habits, both in the
short and medium term.
Keywords: Mediterranean dietary, sedentariness, adolescents, nutrition, health.
Introducción
En la actualidad, la inactividad física ha transformado el estilo de vida de las personas a
nivel mundial, producto de esto se han ocasionado varios malestares que están afectando el
bienestar y la salud de las personas (Beltrán, Devís y Peiró, 2012; Mendoza & Urbina, 2012).
Estos malestares tienen que ver con las enfermedades no transmisibles (ENT) como:
enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y la diabetes
(Valenzuela, Salazar, Ruíz, Lomeli y Perkins, 2018). Las ENT se ven beneficiadas por una
mala calidad de vida (consumo de tabaco, urbanización rápida, sedentarismo, dietas malsanas
y uso nocivo del de alcohol) (Arias-Moreno, Rodríguez-Torres, Castro, Gómez & Paredes,
2020; OMS, 2017).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen
como una acumulación excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. En los últimos
40 años el sobrepeso y la obesidad se han incrementado de manera alarmante, en ese sentido,
se prevé que para el año 2030 existirán 2,16 mil millones de personas con sobrepeso y 1,12
mil millones con obesidad (Borge et al., 2015; OMS, 2017). Así mismo, en la actualidad se
ha producido un importante incremento del sobrepeso y obesidad infanto-juvenil, debido
principalmente a modificaciones en el estilo de vida (Borge et al., 2015; OMS, 2019). Este
dato es alarmante debido a que la niñez y la adolescencia son considerados pilares
fundamentales en la adquisición y desarrollo de buenos hábitos alimentarios, que conllevan
a un estilo de vida saludable que perdure para toda la vida (Lohman & Going, 2006;
Rodríguez, Páez, Altamirano, Paguay, Rodríguez y Calero, 2017).
La evidencia asegura que es más fácil promover un adecuado consumo de alimentos en
edades tempranas, que modificar dicho consumo en la vida adulta. Por ello, la importancia
de una correcta Educación Nutricional (EN) en estas poblaciones para que sean pilares
básicos en la prevención del sobrepeso y obesidad (Martínez et al., 2009). En la adolescencia
es fundamental la creación y promoción de programas de EN, ya que a partir de los trece
años el joven adquiere su independencia saliendo del entorno familiar, lo cual conlleva a
controlar su nivel de actividad física (AF) y el consumo de alimentos. Uno de los principales
elementos de la EN debe ser la motivación, considerada una herramienta educativa para la
enseñanza de habilidades sociales de manera que sea más fácil lograr que las actitudes se
conviertan en conductas (González-Gross et al., 2003).
La disminución de los patrones alimentarios en la adolescencia ha generado que las
investigaciones basadas en los hábitos saludables se incrementen en la última década, siendo
las conductas alimentarias una de las más experimentadas junto a la práctica de AF (Sánchez-
Cruz, Jiménez-Moleón, Fernández-Quesada & Sánchez, 2013; Martínez, 2019). Es así, que
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la población adolescente requiere una adecuada alimentación para un crecimiento y
desarrollo óptimos, constituyendo así, un grupo de riesgo nutricional que justificaría el
estudio de la calidad de sus hábitos alimentarios (Ayechu & Durá, 2010).
El marketing y la publicidad han ejercido una influencia en los hábitos alimentarios de los
jóvenes, trayendo consecuencias negativas especialmente por el incremento en el consumo
de comidas rápidas, grasas saturadas y azúcares, determinadas principalmente por su alta
consistencia calórica y una contribución mínima de minerales y vitaminas (Vernetta, Peláez,
Ariza y López, 2018; Martínez, 2019; Arias-Moreno et al., 2020).
El índice de adherencia a la dieta mediterránea consiste en un importante consumo de
alimentos saludables como: productos de origen animal (pescado, carne blanca y algunos
productos lácteos) y productos de origen vegetal (frutas, legumbres y cereales), además,
alimentos ricos en carbohidratos (pan integral, arroz integral y pasta) (Durá & Castroviejo,
2011). También es una dieta rica en antioxidantes y tiene un aporte calórico y de nutrientes
en cantidades suficientes y proporciones adecuadas, por lo que se recomienda consumir esta
dieta para disminuir la obesidad y el sobrepeso, y prevenir así, enfermedades vinculadas a
las ENT (Sofi, Cesari, Abbate, Gensini & Casini, 2008; Vernetta et al., 2018). Al
implementar la dieta mediterránea en los adolescentes se ha podido observar una óptima
adherencia a la dieta, valores normales del índice de masa corporal y buen nivel de AF, siendo
superior en los hombres (Nordmann et al., 2011).
El profesor Ancel Keys realizó los primeros estudios de la dieta mediterránea como dieta
saludable, empezó en la década de los 50 con investigaciones llevadas a cabo en algunas
regiones de la cuenca mediterránea (Navarro-González, Ros, Martínez-García, Rodríguez-
Tadeo & Periago, 2016). Es así que la dieta mediterránea, además de ser considerada un
patrón dietético, hace mención de un estilo de vida que involucra un mayor conocimiento de
las comidas más saludables, para así, poder realizar de mejor manera la comida principal
especialmente después del mediodía, quedando evidenciado que este tipo de dieta, está
directamente relacionado con un incremento de la calidad de vida (Pearson, Biddle & Gorely,
2009).
En Ecuador, las enfermedades crónicas son la principal causa de enfermedad y muerte,
abarcando gastos que pueden afectar la sostenibilidad del sistema de salud. Según datos del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), 6 de cada 10 ecuatorianos tienen
sobrepeso y obesidad, esto equivale a 571 casos por cada 100.000 habitantes (El Universo,
2018). De la misma manera, en la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut),
del 2018, se reveló que aproximadamente 35 de cada 100 niños y jóvenes tienen problemas
de sobrepeso (Valdivieso & Albán, 2019).
Es así como, en el último decenio, los estudios sobre los hábitos saludables en los
adolescentes se han multiplicado. Las conductas alimentarias han sido una de las más
experimentadas junto a la práctica regular de ejercicio físico. En tal sentido, la dieta
mediterránea es considerada saludable con beneficios frente a diferentes enfermedades y
como consecuencia, una mayor expectativa de vida (Martinez-Gonzalez, et al., 2008).
En la literatura científica, se ha propuesto diversos métodos para determinar el nivel de
adherencia a la dieta mediterránea respaldados principalmente en aspectos cualitativos
(Sanchez-Villegas, Martinez De Irala, Martinez-Gonzalez, 2002; Sanchez-Villegas, Bes-
Rastrollo, Martinez-Gonzalez & Serra-Majem, 2006; Alvarez-Alvarez, et al., 2018), sin
embargo, la recogida de esta información requieren un arduo proceso que pueden ocasionar
serias dificultades al momento de interpretar los resultados (Durá & Castroviejo, 2011). Con
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la finalidad de conocer de manera más específica la calidad de dieta que posee una persona,
se ha creado el test KIDMED, que es un instrumento para evaluar la adherencia a la dieta
mediterránea y establecer el nivel de adherencia a dicha dieta (Serra-Majem et al., 2004).
Por lo expuesto, el objetivo del estudio es determinar la adherencia a la dieta mediterránea
y los factores que condicionan su calidad nutricional en función del género y edad de un
grupo de estudiantes de educación general básica superior de la ciudad de Quito.
Materiales y Métodos
Diseño y población: el estudio realizado tiene una orientación observacional, transversal,
descriptivo y retrospectivo. La muestra en un total de 569 adolescentes (268 hombres y 301
mujeres) de edades comprendidas entre los 11-20 años pertenecientes a 15 instituciones
educativas públicas de nivel secundario ubicadas en el Distrito Metropolitano de Quito
(Ecuador).
Los investigadores entregaron un consentimiento informado a cada estudiante, puntualizando
todos los aspectos de la realización del estudio, el mismo que fue firmado y aprobado por sus
representantes legales. La indagación se llevó a cabo cumpliendo los principios éticos de la
Declaración de Helsinki y los procedimientos utilizados fueron realizados tras la obtención
del consentimiento informado de cada uno de los participantes. Se mantuvo la
confidencialidad de los colaboradores y sus datos fueron codificados para proteger su
identidad y cumplir el objetivo planteado.
Variables e Instrumentos: se empleó un cuestionario de autorreferencia para medir las
diferentes variables. El sexo y la edad se han utilizado como variables independientes y el
nivel de adherencia a la dieta mediterránea fue empleada como variable dependiente.
En cuanto a la valoración de hábitos alimentarios, se realizó mediante el Test de Adhesión a
la Dieta Mediterránea KIDMED (Serra-Majem et al., 2004) o Índice de Calidad de la Dieta
Mediterránea en niños y adolescentes. Consiste en un cuestionario de 16 preguntas que deben
responderse de manera afirmativa/negativa (SI/NO). Este test evalúa la adecuación al patrón
alimentario mediterráneo de la población de 2-24 años. Existen 12 preguntas con una
connotación positiva en relación con la dieta mediterránea, en las cuales las respuestas
afirmativas (SI) suman 1 punto (+1), y, las restantes 4 preguntas con un aspecto negativo en
relación con la dieta mediterránea, en las cuales las respuestas afirmativas (SI) restan 1 punto
(-1). La suma de los valores del test se clasifica en tres niveles (≤ 3: dieta de muy baja calidad,
4 a 7: implica una necesidad de mejorar el patrón alimentario y 8: dieta de muy buena
calidad o dieta Mediterránea óptima) (Martínez et al., 2009). Para el trabajo de adaptación
cultural, se aplicó el cuestionario KIDMED a un grupo de 15 estudiantes que no formaron
parte de la muestra. Estos luego de haber respondido el cuestionario fueron entrevistados
para hallar preguntas o palabras de difícil comprensión, para así, valorar la aceptabilidad y
realizar comentarios de estos de una forma general. Además, se registró el tiempo necesario
que se empleó para completar el cuestionario y la comprensión respectiva en el sistema de
respuesta de cada ítem (Vinaccia et al., 2019). En tal sentido, se pudo determinar que no se
encontraron dificultades que merecieran cambios significativos en el cuestionario KIDMED.
Procedimiento: los investigadores responsables del estudio presentaron el proyecto a las
autoridades de los centros educativos participantes en la investigación. Una vez con el
permiso de las autoridades, se presentó el objetivo de la indagación y cuál iba a ser la labor
del alumnado. Debido a que eran menores de edad y para su intervención en el estudio, se
entregó un consentimiento informado a cada uno de los representantes para que conozcan la
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finalidad del proyecto y firmasen el mismo si así lo consideraren. Posteriormente, durante las
clases de Educación Física se administró de manera física un cuestionario a cada alumno en
las instituciones educativas donde se llevó a cabo el estudio. Los investigadores
conjuntamente con el profesor encargado de la hora académica se encontraban presentes
durante el cumplimento del cuestionario para aclarar posibles interrogantes que pudiesen
surgir y garantizar que el desarrollo del cuestionario se realice en las condiciones adecuadas.
En primer lugar, los sujetos tenían que completar su edad y sexo y finalmente rellenar las
preguntas del cuestionario KIDMED. Debido al número de la muestra y centros educativos
colaboradores, la recolección de los cuestionarios cumplimentados tuvo una duración
aproximada de 45 días.
Tratamiento de los datos: para el análisis estadístico se utiliel programa SPSS para
Windows versión 24.0 (SPSS, Inc., Chicago). Los resultados de las variables cualitativas se
indicaron como frecuencias absolutas y porcentajes, mientras que las variables cuantitativas
se expresaron como media ± desviación típica. Para analizar las características de los
participantes se utilizaron las variables sexo y edad. El test Chi-cuadrado se utilizó para
analizar las asociaciones entre el sexo y/o edad y el índice KIDMED. Para la comparación
en los distintos grupos de edad se empleó el test de Turkey mediante el análisis de varianza
Anova. Se consideró p<0,05 como nivel de significación estadística.
Resultados
En la tabla 1 se presentan las características sociodemográficas de la muestra en función
del sexo y edad. La cantidad de hombres y mujeres son casi de la misma proporción (47,1%
hombres y 52,1% mujeres). En relación con la edad, el mayor porcentaje pertenece a las
personas de 16 años y el de menor porcentaje a los >=18 años (21,3% y 6,3%
respectivamente).
Tabla 1.
Valores descriptivos de la muestra
n (%)
Muestra
569 (100)
Sexo
Hombres
268 (47,1)
Mujeres
301 (52,9)
Edad
<=12
56 (9,8)
13
69 (12,1)
14
103 (18,1)
15
93 (16,3)
16
121 (21,3)
17
91 (16)
>=18
36 (6,3)
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
En la tabla 2, se visualizan los resultados del cuestionario KIDMED analizando en cada
pregunta la frecuencia y el porcentaje de respuestas conseguidas en función del sexo. Se
observaron en ambos sexos que las preguntas donde hubo mayor porcentaje de respuestas
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afirmativas fueron Consumo una fruta o zumo de fruta todos los días (hombres 36,7% y
mujeres 40,2%) y Toma pasta o arroz casi a diario (hombres 36% y mujeres 37,3%). En
ambos casos, el porcentaje de mujeres es mayor que el de hombres. En relación con las
preguntas que poseen una connotación negativa, más de la mitad de la población encuestada
(59,1%) afirman “Acudir una vez o más a la semana a un centro de comida rápida (ej.
Hamburguesería)(hombres 28,5% y mujeres 30,6%). De la misma manera, existe un mayor
porcentaje de mujeres que aseguran “No desayunar” (hombres 24,3% y mujeres 29,7%) y
“Comer cada día dulces y golosinas” (hombres 26,2% y mujeres 30,6%).
Tabla 2.
Respuestas al cuestionario KIDMED en función del sexo
CUESTIONARIO
DE CALIDAD DE
LA DIETA
MEDITERRANEA
HOMBRES
MUJERES
SI
NO
SI
NO
SI
NO
N
%
N
%
N
%
N
%
N
%
N
%
Consumo una fruta o
zumo de fruta todos
los días
209
36,7
59
10,4
229
40,2
72
12,7
438
76,9
131
23,1
Consumo una
segunda fruta todos
los días
154
27,1
114
20
166
29,2
135
23,7
320
56,3
249
43,7
Como verduras
frescas o cocinadas
regularmente una vez
al día
188
33
80
14,1
221
38,8
80
14,1
409
71,8
150
28,2
Como verduras
frescas o cocidas más
de una vez al día
141
24,8
127
22,3
190
33,4
111
19,5
331
58,2
238
41,8
Como pescado fresco
con regularidad (por
lo menos 2 o 3 veces
por semana)
144
25,3
124
21,8
154
27,1
147
25,8
298
52,4
271
47,6
Acudo una vez o más
a la semana a un
centro de comida
rápida (ej.
Hamburguesería)
162
28,5
106
18,6
174
30,6
127
22,3
336
59,1
233
40,9
Me gustan las
legumbres y las
consumo más de una
vez a la semana
175
30,8
93
16,3
201
35,3
100
17,6
376
66,1
193
33,9
Toma pasta o arroz
casi a diario
205
36
63
11,1
212
37,3
89
15,6
417
73,3
152
26,7
Desayuno un cereal o
derivado (pan,
tostadas, avena etc.)
179
31,5
89
15,6
216
38
85
14,9
395
69,5
174
30,5
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Consumo frutos
secos con regularidad
(por lo menos 2 o 3
veces a la semana)
153
26,9
115
20,2
166
29,2
135
23,7
319
56,1
250
43,9
En las comidas, se
utiliza aceite de oliva
en casa
127
22,3
141
24,8
151
26,5
150
26,4
278
48,8
291
51,2
No desayuna
138
24,3
130
22,8
169
29,7
132
23,2
307
54
262
46
Desayuno un lácteo
(leche, yogur, etc.)
173
30,4
95
16,7
212
37,3
89
15,6
385
67,7
184
32,3
Desayuno bollería
industrial
89
15,6
179
31,5
121
21,3
180
31,6
210
36,9
359
63,1
Tomo 2 yogures y/o
40 g de queso cada
día
121
21,3
147
25,8
147
25,8
154
27,1
268
47,1
301
52,9
Como cada día
dulces y golosinas
149
26,2
119
20,9
174
30,6
127
22,3
323
56,8
246
43,2
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
A nivel global se observa que el mayor porcentaje de los participantes (70,8%) tienen un
nivel MEDIO de adherencia a la dieta KIDMED. También es importante mencionar que el
21,1% de los participantes tiene un nivel BAJO y tan solo el 8,1% tiene un nivel ALTO de
hábitos saludables como se observa en la tabla 3.
Tabla 3.
Índice KIDMED a nivel global
CALIDAD DE LA DIETA MEDITERRÁNEA
(INDICE KIDMED)
N
%
BAJO
120
21,1
MEDIO
403
70,8
ALTO
46
8,1
TOTAL
569
100
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
Con la finalidad de conocer el nivel de adherencia a la dieta mediterránea en función de
las variables sociodemográficas se han llevado a cabo pruebas chi-cuadrado de
independencia. A continuación, se exponen los resultados relativos al grado de cumplimiento
del nivel KIDMED en función de las variables sociodemográficas sexo y edad.
En función del sexo, la tabla 4 presenta la calidad de la dieta mediterránea en función del
sexo de los encuestados. Los hombres con un porcentaje mayor (73,9%) poseen un índice de
adherencia a la dieta mediterránea MEDIO en relación con las mujeres (68,1%). Por otra
parte, existe un mayor porcentaje de mujeres (10,6%) que posee un índice ALTO en relación
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a los hombres (5,2%). Es importante mencionar que los análisis han revelado diferencias
significativas (p<0,05) entre la variable género de adherencia a la dieta KIDMED.
Tabla 4.
Índice KIDMED en función del sexo
INDICE KIDMED EN FUNCIÓN
DEL SEXO
HOMBRES
MUJERES
Sig.
(bilateral)
N
%
N
%
BAJO
56
20,9
64
21,3
0,055
MEDIO
198
73,9
205
68,1
ALTO
14
5,2
32
10,6
TOTAL
268
100
301
100
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
En función de la edad, de manera general los análisis chi-cuadrado no revelaron
diferencias significativas en la edad de los participantes. En la tabla 5 se aprecia que en todos
los rangos de edad los porcentajes más altos poseen un índice MEDIO con relación al
cuestionario KIDMED. Por otra parte, a los 12 años el 10,7% de los participantes poseen una
adherencia BAJA y al llegar a los 17 años se producen un incremento, llegando al 20,9%.
Tabla 5.
Índice KIDMED en función de la edad
INDICE KIDMED
EN FUNCIÓN DE
LA EDAD
BAJO
MEDIO
ALTO
TOTAL
Sig.
(bilateral)
N
%
N
%
N
%
N
%
< 12
6
10,7
43
76,8
7
12,5
56
100
0,292
13
18
26,1
45
65,2
6
8,7
69
100
14
24
23,3
77
74,8
2
1,9
103
100
15
17
18,3
69
74,2
7
7,5
93
100
16
29
24,0
82
67,7
10
8,3
121
100
17
19
20,9
61
67,0
11
12,1
91
100
> 18
7
19,5
26
72,2
3
8,3
36
100
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
La tabla 6 muestra que no existen diferencias significativas en los distintos grupos de edad
(p>0,05; F= 1,452). Además, cabe destacar que los promedios de estos grupos se mantienen
en valores correspondientes a un nivel medio en cuanto a la calidad de la dieta, siendo el
grupo con mayor puntuación el de 12 años (2,02+0,486). Por tanto, se aprecia un paulatino
empeoramiento de la dieta con el paso de los años.
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Tabla 6.
Prueba ANOVA para el factor edad en el cuestionario KIDMED. Medias, desviaciones
típicas y comparativo por grupos de edad.
COMPARATIVO
EN FUNCIÓN DE
LA EDAD
N
PROMEDIO
DESVIACIÓN
TÍPICA
F
a
b
c
d
e
f
g
a) <= 12
56
2,02
0,486
1,452
---
0,392
0,110
0,793
0,374
0,898
0,911
b) 13
69
1,83
0,568
---
---
0,999
0,985
1,000
0,947
0,997
c) 14
103
1,79
0,457
---
---
---
0,793
0,984
0,637
0,951
d) 15
93
1,89
0,499
---
---
---
---
0,993
1,000
1,000
e) 16
121
1,84
0,548
---
---
---
---
---
0,964
0,999
f) 17
91
1,91
0,571
---
---
---
---
---
---
1,000
g) > =18
36
1,89
0,523
---
---
---
---
---
---
---
F= Análisis de la varianza - ratio F.
p (a-b)= resultado del análisis de Tukey emparejado por edad.
Fuente: Instrumentos de recolección de datos (2019).
Discusión
Determinar el nivel de adherencia a la dieta mediterránea KIDMED, es una de las primeras
que se lleva a cabo en adolescente de la ciudad de Quito. Los datos de nuestro estudio
evidencian que a nivel general los jóvenes encuestados tienen una alimentación aceptable
con relación a la dieta KIDMED. Los datos se encuentran respaldados en el estudio realizado
por Mera et al. (2017), en el cual los jóvenes investigados con edades comprendidas entre los
12-17 años, se encontró que el 66,5% poseían una adherencia media en relación con la dieta
KIDMED y solamente el 11,7% una adherencia óptima.
Nordmann et al. (2011), menciona que la dieta mediterránea es considerada una de las
dietas más saludables, ya que reduce la obesidad y el sobrepeso, previniendo especialmente
algunas enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los jóvenes no cumplen las
recomendaciones de este patrón alimentario al igual que la población adulta. En lo referente
al consumo de una fruta o zumo de fruta todos los días, esto predomina en hombres y mujeres,
puede ser a que en el país existe una variedad de frutas por su ubicación geográfica, y este es
un componente imprescindible en una dieta sana y equilibrada (Vila, 2006).
Con respecto al sexo, en nuestro estudio se hallaron diferencias estadísticamente
significativas (0,055), en el que las mujeres poseen una dieta de mayor calidad en relación
con los hombres. Nuestros datos se encuentran respaldados en las investigaciones elaboradas
por (Grao-Cruces et al., 2013; Zapata, Granfeldt, Mosso, Sáez & Muñoz, 2016; Arias-
Moreno et al., 2020), en las que se determinaron que las mujeres consumen una mayor
cantidad de alimentos saludables en relación a los hombres. Aunque exista cierta
contrariedad, la mayoría de las investigaciones sobre el nivel de adherencia a la dieta
mediterránea en jóvenes de diferentes países no presentaron diferencias significativas, solo
pequeñas variaciones, entre hombres y mujeres (Mazaraki et al. 2011).
Cuando se analizaron los hábitos alimentarios en función de la edad, no se observaron
diferencias significativas (0,292), lo que si se puedo apreciar es una disminución de una
óptima adherencia a la dieta mediterránea con el paso de los años. Mientras el 12,5% de la
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población a la edad de 12 años tiene una valoración alta de índice KIDMED (alta adherencia),
al llegar a los 18 años se produce un descenso, llegando al 8,3% de dicha valoración. Esta
disminución se debe especialmente a: una mayor ingesta de bollería industrial y dulces, y un
menor consumo de verduras, frutas, frutos secos y pescado, de la misma manera, el no
desayunar todos los días y frecuentar con regularidad establecimientos de comida rápida. Por
tal motivo, es recomendable que la población adolescente se incorpore a nuevos patrones de
hábitos alimentarios (Ayechu & Durá, 2010). Acorde a lo publicado con anterioridad, se ha
demostrado que el índice KIDMED disminuye con la edad, este hecho es muy preocupante
debido a que demuestra que los adolescentes mientras van ganando en autonomía van
perdiendo hábitos alimenticios saludables (Ayechu & Durá, 2010; Chacón-Cuberos et al.,
2016).
Debido a un consumo cada vez mayor de alimentos procesados y una disminución de
alimentos saludables, es importante considerar que en una proporción considerable de
jóvenes existiría cierto riesgo de padecer alguna carencia y/o desequilibrio nutricional, y, por
otra parte, hace temer sobre una posible desaparición de la dieta mediterránea a corto o
mediano plazo (Ayechu & Durá, 2010; Kim, Haines, Siega-Riz & Popkin, 2003).
Con los resultados obtenidos en la investigación, se genera la necesidad en la población
objeto de estudio de una Educación Nutricional (EN). Los jóvenes deben conocer la dieta
mediterránea como un modelo de alimentación saludable que favorece al mantenimiento de
un óptimo estado de salud. Es así, que las recomendaciones alimenticias para los adolescentes
consistirían especialmente en elevar el consumo habitual de verduras, hortalizas, frutas,
frutos secos, leche y sus derivados, además, el consumo de legumbres y pescado por lo menos
2 o 3 veces por semana, y la utilización del aceite de oliva como grasa culinaria. Por otro
lado, es necesario recomendar la disminución y consumo ocasional de dulces y bollería
industrial (Ayechu & Durá, 2010; Martínez, 2019).
En definitiva, sería beneficioso elaborar programas de educación nutricional,
considerando especialmente el contexto familiar y/o social, con la finalidad de que la
población adolescente se encuentre en condiciones de llevar a cabo una alimentación
saludable (Vinaccia et al., 2019). Los entes gubernamentales tendrían que invertir en recursos
humanos y materiales para promover el consumo de alimentos saludables especialmente en
la enseñanza reglada. De tal modo que cuando los jóvenes culminen la educación secundaria
obligatoria, se encuentren con los suficientes recursos para prevenir las principales
enfermedades no transmisibles y sean promotores de una buena salud (Borge et al., 2015).
Cada vez son más los expertos que presentan evidencias científicas que apuntan al
sedentarismo, la inactividad física y los malos hábitos alimenticios como factores
responsables de un alto porcentaje de muertes en el mundo. Por lo que la promoción de la
salud mediante la práctica de ejercicio físico y un consumo adecuado de alimentos, deberían
ser considerados objetivos importantes en países en vías de desarrollo, como lo son en la
mayoría de los países desarrollados (Martínez, 2019; Sánchez, Ahmed, Balsalobre, Sánchez
& Suárez, 2016; Arias-Moreno et al., 2020).
Se debe mencionar que en el estudio se utilizó la autorreferencia al igual que en otros
estudios citados con anterioridad, por tal motivo, se debería elaborar instrumentos que
incorporen de manera más objetiva las conductas alimentarias. Varias investigaciones han
implementado las entrevistas como técnicas que permiten optimizar las valoraciones de
hábitos alimenticios de una manera más individualizada (Troncoso & Amaya, 2009). Aunque
el estudio de los hábitos alimenticios se ha documentado en Europa, EE. UU. y algunos países
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de Latinoamérica (Grosso & Galvano, 2016; Martin-Calvo, Chavarro, Falbe, Hu & Field,
2016; Vernetta et al., 2018; Vinaccia et al., 2019), la evidencia existente en Ecuador es casi
nula.
Finalmente hay que mencionar que este estudio carece algunas limitaciones
metodológicas, ya que no se tomaron en cuenta variables antropométricas (Índice de masa
corporal), estilo de vida (status socioeconómico, nivel de estudio familiar, práctica de AF,
entre otros) y aspectos psicosociales (autoestima, autoeficacia, motivación, etc.), que podrían
determinar en cierta medida, el nivel de adherencia a la dieta mediterránea de una manera
óptima (Ayechu & Durá, 2010).
Conclusiones
A partir de los resultados obtenidos en el estudio se puede concluir que, del total de
participantes un alto porcentaje tienen un nivel MEDIO de adherencia a la dieta KIDMED.
Los chicos tienen un nivel de adherencia alto con relación a las chicas, y, en función de la
edad los adolescentes de 12 años la mayoría tiene un nivel de adherencia medio de la dieta
KIDMED. Y a mayor edad va teniendo los participantes se va incrementando una adherencia
baja.
Ante lo expuesto, es necesario iniciar una intervención en la población adolescente
ecuatoriana para disminuir los hábitos sedentarios y promover el consumo de una
alimentación saludable que contribuya en la mejora de su calidad de vida.
Recomendaciones
Establecer estrategias dirigidas al mejoramiento de las conductas alimentarias encaminado
en las características de un plan nutricional saludable cumpliendo los requisitos establecidos,
que sea equilibrado, completo, variado, suficiente y accesible a toda la población. Es esencial
en los estudiantes fomentar la práctica de la AF en su edad escolar para alcanzar estilos de
vida saludables (Rodríguez-Torres, Páez-Granja, Paguay-Chávez y Rodríguez-Alvear,
2018). Por lo que, los centros educativos cumplen un rol fundamental en el fomento de la AF
donde la realización de la Educación Física influya de manera positiva y significativa para
que continúe su práctica cuando sea adulto y adquiera hábitos saludables que le servirá a lo
largo de toda su vida (Rodríguez-Torres, Rodríguez-Morillo, Garcés-Ángulo y Almeida-
Carranco, 2019). Esto permitirá no llevar una vida sedentaria, sino por lo contrario saludable,
pudiendo a la par disfrutar de una vida placentera por los avances tecnológicos, pero cuidando
la salud física (Rodríguez, Naranjo, Merino, Gómez, Garcés y Calero, 2017).
Conflicto de Intereses
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
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